Alrededor de nuestro planeta las actividades humanas están cambiando al océano, que enfrenta amenazas sin precedentes como la sobreexplotación de las pesquerías, la pérdida de arrecifes de coral, la contaminación y la erosión de nuestras costas, debido al aumento del nivel del mar. Ante ello, muchas naciones valientes han reconocido la importancia de que el mundo entero tenga un océano saludable, y se han comprometido a combatir dichas amenazas. Por su liderazgo, México ha sido un país ejemplar en esta lucha.
En días recientes, supimos de la intención de México de crear una gran Área Marina Protegida (AMP), a fin de salvaguardar la enorme riqueza del Mar de Cortés y la costa del Pacífico de Baja California Sur. Esta excelente noticia nos llega a menos de un año de que el Presidente Enrique Peña Nieto declarara el Archipiélago de Revillagigedo, una cadena de islas prístinas en el Pacífico mexicano, como un Parque Nacional con cerca de 150 000 km2, completamente protegido de actividades extractivas.
Sin embargo, el trabajo de México hacia la protección de sus mares comenzó en un área mucho más pequeña: el Parque Nacional Cabo Pulmo (ubicado en Baja California Sur), que en todo el mundo se considera un gran éxito. La ciencia muestra que las AMP garantizan la sobrevivencia de fauna marina como ballenas, delfines, tiburones y tortugas, pero también benefician a las pesquerías en aguas adyacentes. Cabo Pulmo es un claro ejemplo de ello.
Este parque se decretó en 1995 como resultado de un proceso colaborativo entre la comunidad local y ONG, científicos y oficiales de gobierno. Uno de los resultados más asombrosos es que en el transcurso de 10 años la biomasa de peces en el parque se cuadriplicó. Ello significa que los peces pueden crecer y madurar dentro del área protegida, y también salir de ésta a través de un efecto conocido como derrame (spillover). Una vez fuera, los peces pueden ser capturados y coadyuvar a sostener a las pesquerías por muchas generaciones.
Cada año, Cabo Pulmo atrae cerca de 30 000 turistas interesados en ver arrecifes de coral saludables, lobos marinos, tiburones martillo, mantarrayas gigantes del Pacífico y distintos mamíferos marinos. Con ello, el parque es capaz de generar empleos bien remunerados y seguridad económica para la comunidad, mejorando significativamente su nivel de vida.
Desde su declaración, el modelo de Cabo Pulmo se ha replicado en todo el mundo. A principios de este año, la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, estableció el área marina protegida Rapa Nui alrededor de la Isla de Pascua, protegiendo en forma integral un área cercana al tamaño de todo el territorio continental de aquel país sudamericano. Esta zona fue acordada por el pueblo Rapa Nui a fin de proteger la pesca tradicional, sus ecosistemas y biodiversidad únicos, y así mantener por generaciones sus medios de sustento.
Del otro lado del Pacífico, el Presidente Tommy Remengesau declaró la pequeña nación insular de Palau como Santuario Nacional Marino, protegiendo en forma integral 80% de las aguas del país. En el mismo decreto se creó una zona de pesca para aprovechamiento exclusivo de los pescadores locales. El santuario de Palau proporciona recursos marinos para el mercado local, y también satisface con creces al creciente mercado turístico, que año con año genera millones de dólares.
La creación de una gran reserva marina en el Mar de Cortés y la costa del Pacífico de Baja California Sur impactará positivamente a miles de pescadores de comunidades adyacentes, así como a distintas especies marinas, incluyendo tiburones, delfines, ballenas, atunes, mantas y tortugas, que conocen a esta área como su hogar. Se trata de una propuesta que permite que la pesca local continúe, otorgando a las comunidades derechos sobre sus aguas costeras por primera vez en la historia.
De llevarse a cabo, en el tiempo las poblaciones de peces continuarán recuperándose, y generarán efectos de derrame hacia afuera del área protegida, lo que posibilitará mayores capturas para futuras generaciones de pescadores.
Aprovecho esta oportunidad para felicitar al pueblo de México por esta nueva iniciativa y expresar mi confianza en que el Presidente Electo fortalecerá el gran legado de México para el océano, beneficiando a sus comunidades costeras con más peces, más turismo y más empleos bien remunerados.
Sobre el autor
John Kerry es exsecretario de Estado de Estado Unidos y exsenador demócrata por Massachusetts. Lideró la primera conferencia Our Ocean, en 2014, que creó un foro internacional donde jefes de Estado y ministros, científicos, ambientalistas y líderes empresariales se reúnen para discutir el estado que guardan los océanos del mundo asÍ como, los pasos que se deberán tomar para protegerlo y las soluciones hacia el futuro.